28 de marzo de 2024

5 poemas de Ana Pérez Cañamares: -EJERCICIO DE HUMILDAD- UN PÁJARO APARECE POR LA ESQUINA DE LA NADA- EL OTOÑO ES CARNAVAL PARA EL QUE SABE - CRECÍ AL QUERER ELEVARME- UNA MUJER CAMINA SOBRE LA NIEVE




Ejercicio de humildad:
Sube una montaña.
Intenta describir todo lo que ves.
A cada cambio de luz
vuelve a empezar.

Ríndete


***


Un pájaro aparece por la esquina de la nada.
Quizá por eso vuelan, porque la conocen.
La cruzan, la baten, la planean, sin temerla.
Mientras tanto, nosotros emborronamos
hasta el inmaculado vacío de los márgenes.
Lo intuye el poeta cuando rompe el verso:
sin la nada, no hay cielo que cruzar.


***


El otoño es carnaval para el que sabe
que resucitar consiste en estrenar mirada
y ve colores, canto y camino
donde otros ven crujido y podredumbre.

Lo perenne perece de una vez;
pero el árbol caduco se disfraza
de mortaja cada año y el siguiente.


***


Crecí al querer elevarme
sobre mi propio horizonte.
Pero por qué elegí ser un árbol
caminar con dolor en las raíces
si pude ser agua y su deriva
río que humilde desemboca.
Fundirme en el mar irrebatible
y dejar de estirar así las yemas
hacia un cielo que está siempre de paso
y que solo si no se anhela se disfruta.



***


Una mujer camina sobre la nieve
con la voluntad de un sirope de sangre
afilada como una hoz de una interrogación.
Se celebra el aniversario de los montes
y ella busca a los árboles cubiertos de encaje
los ramos de flores listos para cada mano
las guirnaldas para los supervivientes.

En el banquete quiere ser la niña traviesa
la abuela dormida y el regalo misterioso.
Quiere alisar rasos, aflojar corbatas
inflar globos, estirar manteles
disponer el musgo en los cuernos del alce.
Quiere ser la tarta y la tirita
bailar con el río y con la amapola
enmendar los miembros rotos con metáforas.

Pero sus ojos barren el paisaje
y sólo encuentran un silencio de entierro.
Puso a enfriar el champán en los neveros.
Cocinó con coágulos de moras.
Escribió poemas de alegría y triunfo.

No vino a atestiguar ningún vacío
y ahora su discurso será elegía
y duda entre silencio y la palabra.
Porque hablar demasiado tarde 
es otra manera de matar la inocencia
es otra forma de hacerse cómplice.



        La senda del cimarrón
Editorial Ya lo dijo Casimiro Parker


23 de febrero de 2024

3 Canciones de José Antonio Labordeta - YA VES- VIEJO PAÍS- Y TENDRÁ TUS OJOS



YA VES

Ya ves 
que vamos avanzando, 
cumpliendo este camino,
no lo sé, 
ya ves.
Ya ves
que vamos recordando, 
creciendo hacia el ocaso,
no lo sé,
ya ves.
Ya ves
qué pálidas palabras 
se pierden en la noche 
sin hallar solución.
Ya ves 
que hemos ido surgiendo 
de inciertas y duras voces 
de desesperación.
Recuérdame
como un árbol batido, 
como un pájaro herido, 
como un hombre sin más.
Recuérdame,
como un verano ido, 
como un lobo cansino, 
como un hombre sin más.
Ya ves
que fuimos agrietando
los muros mantenidos
no lo sé, 
ya ves.
Ya ves
que estamos añorando 
unos niños perdidos,
no lo sé, 
ya ves.
Ya ves,
que voces diferentes 
se cruzan en el alba 
buscando la verdad.
Ya ves
que fuimos puente herido
de abrazos detenido
por ver la libertad.
Recuérdame
como un árbol batido, 
como un pájaro herido, 
como un hombre sin más.
Recuérdame, 
como un verano ido, 
como un lobo cansino, 
como un hombre sin más.


De cantar y callar (1974)


***


VIEJO PAÍS

Qué te puedo decir, 
a ti, viejo País,
que te yergues altico
sobre tu soledad.
Tú que sabes del mar
por lo que cuenta el viento
y que escuchas las piedras
bajo de ti, crepitar.
Y que el cielo repite,
al final de la tarde
todo el gran horizonte
donde pierdes tú:
qué te puedo decir,
a ti, mi viejo País.
Tú que labras las manos 
de las gentes antiguas
que en el campo trabajan
la simiente del pan,
que con ojos cansados
lloran tanta ausencia
como piedras y trenes
les anuncias que hay.
Y al final de sus vidas
se cobijan ingenuos
en el seno tremendo 
de tu vientre ancestral.
Qué te puedo decir,
a ti, mi viejo País,
si tu barro me sabe
al recuerdo infantil
de juegos escondidos,
olvidados en ti,
en plazas, en callejas,
en paisajes sin fin.
A tu sed de paloma
de barraca de feria
 y a ese secano humilde
que te hace infeliz.
Qué te puedo decir, 
a ti, mi viejo País.
Tú, que entre tus paredes
guardas restos de historias
con figuras de piedra 
sin corona y sin lid,
tú, que aúpas el vientre
de ese Ebro tremendo
que te salva a diario
de dejar de existir
y que con ironía
desprecias a los vientos
que de tierras lejanas
te quieren sonreír:
Qué te puedo decir,
a ti, mi viejo País.


De Qué queda de ti, qué queda de mí (1984)


***


Y TENDRÁ TUS OJOS

Vendrá el otoño y tendrá tus ojos,
los ojos dulces de esos atardeceres,
en que la mar se siente estremecida
por el sabor a párpado del cielo;
vendrá el otoño y tendrá tus ojos,
vendrá el otoño y tendrá tus ojos.

Vendrá el invierno y tendrá tus labios,
los labios tenues que besan con asombro
la nieve  hermosa que cubre las praderas
como cansinos pájaros de hielo;
vendrá el invierno y tendrá tus labios,
vendrá el invierno y tendrá tus labios.

La primavera será como tu cuerpo
cubierto siempre de árboles sin nidos,
de mansos lagos y besos detenidos
contra las noches de estrellas y de ríos;
la primavera será como tu cuerpo,
la primavera será como tu cuerpo.

Vendrá el estío y tendrá tus manos,
tus manos llenas de risas y de olvidos
para cruzar con ellas y contigo
la eternidad por la que hemos crecido;
vendrá el estío y tendrá tus manos.


De Qué vamos a hacer (1987) 





Mar de amor
Canciones
Olifante Ediciones

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